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RICARDO PALMA

aplicase al Seminario de Santo Toribio, dándose por sustento á una escuela de virtud el pan producido por el vicio.

Vino la guerra civil, y con ella bastó una disposición prefectural para convertir en letra muerta el decreto supremo, hasta que, bajo la administración del presidente coronel Balta, se eliminó de la central calle del Mármol de Carbajal ese foco de corrupción.

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Fuentes, en su Estadística de Lima, publicada en 1858, trae la siguiente descripción:

La cancha ó lugar de la lucha, es perfectamente circular, y tiene de circunferencia cuarenta y dos y media varas. Los asientos, colocados alrededor, forman nueve gradas que pueden alcanzar para ochocientas personas. Tiene doce palcos bajos y treinta y uno altos, además de la galería del juez. La entrada vale dos reales por persona. Hay doscientas ocho galleras, que son unos pequeños cuartos sin puertas, separados unos de otros por quinchas de caña. El juez recibe una gratificación (cuatro pesos) todas las tardes de lidia. Las jugadas se hacen, en la actualidad, casi todos los días. Concurren á ellas, por término medio, cuatrocientas sesenta personas; y á las de mucho interés, hasta mil doscientas, que son las que la casa puede contener. El número medio de corredores es de quince. El dinero que, según datos fidedignos se atraviesa en todo el año, entre caja y apuestas, asciende á noventa y ocho mil pesos, no incluyéndose las jugadas extraordinarias, en las cuales toman parte personas de alta posición social, y en las que han solido apostarse hasta veinte mil pesos en una tarde.