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Mis últimas tradiciones

sofía colonial, ó describen algún hábito, alguna superstición, algún distintivo característico del modo de ser social, político y religioso de aquella edad media de la Historia americana.

23 Encuentro, pues, cierta unidad en el fondo de las tradiciones de Palma.

Nada se ha escapado á su escalpelo de crítico. Desde las travesuras de algún virrey hasta los crímenes de algún conquistador: desde las desgracias que asolaron en su agonía el imperio de los Incas, hasta los amores de algún oidor; desde las torturas inquisitoriales, hasta las furias de los capítulos de frailes; desde las supersticiones del fanatismo, hasta las candideces de la ignorancia; desde los caprichos de encantadoras limeñas, hasta las sonseras de sus Romeos; todo, todo lo pinta con gracia, con sal ática, con cierto sabor de la época, con maliciosa imparcialidad, con una mezcla de pesimismo de filosofo y de candor de niño.

III El material que con predilección ha servido á las tradiciones de Palma, es la historia de la dominación española en América.

En el Perú se puede dividir esta época en dos periodos claramente caracterizados: el de la conquista y el de la colonia.

La conquista tiene todos los encantos de un poema épico.

Es una lucha de titanes.

Cuando uno ve á Hernán Cortés quemando sus naves, antes de emprender su marcha contra los millones de soldados que defendían el imperio de Moctezuma; á Francisco PizarTo perdido en la isla del Gallo con sólo un puñado de valientes, y esperando recursos para adueñarse del trono de los hijos del Sol; á Diego de Almagro cruzando centenares de