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Ricardo Palma

No es historia y es historia; no es verdad ni es mentira; no es imaginación ni es realidad.

Esta síntesis tiene los caracteres de una paradoja; pero, ese es el hecho y esa es la verdad.

La tradición tiene un punto de arranque que es verídico.

El círculo, cuyo centro es un hecho cierto y cuyos radios, y hasta la circunferencia, son ó hijos de la fantasía, ó cxageraciones de la imaginación popular, ó creaciones del artista.

Un tradicionista, según la escuela de Palma, viene á la larga á convertirse en narrador de lo que dice el Gran Galeoto que pinta Echegaray con tau magníficos arrebatos.

Un hombre lanza una especie que tiene sus dosis y colorido de verdad en el turbio océano en que agítase una sociedad. El chisme crece como los anillos que se desarrollan en torno de un cuerpo pesado que cae en el agua mansa.

La malignidad se apodera del dícere, lo multiplica, lo dilata, como si fuera de elástico, y al fin, la molécula es montaña y la chispa hoguera.

De este modo es como el acto humano viene á convertirse, al pasar por el tamiz de la sospecha y de la malignidad, de la superstición y de la fantasía popular, en el vértice de gran cubo. Es verdad el punto inicial; es mentira lo demás.

He aquí, en el fondo, la tradición.

Palma ha formado escuela, y muchos escritores han querido imitarlo. Algunos con éxito; otros desnaturalizando el género literario. Así, sólo en Chile, conozco más de diez literatos que han cultivado esta clase de trabajos.—Miguel Luis Amunátegui ha publicado un volumen con el nombre de Narraciones; Benjamín Vicuña Mackenna ha reunido diversos estudios con iguales tendencias; Manuel Concha ha dado á luz sus Tradiciones Serenenses; y al oído, y hasta con cierto pudor, diré al lector que, en mis mocedades, también he publicado algunas leyendas que pertenecen á esa misma familia literaria.

Las ocho series de Tradiciones de Palma se me imaginan las obras sueltas de un solo libro, las partes de un solo todo.

Reuniéndolas en un conjunto, constituyen la vida social del Perú durante la colonia.

Todas, y cada una de ellas, narran algún rasgo de la filoI