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Mis últimas tradiciones

Por el mes de Junio no era chico el toletole que se armaba, entre los devotos y devotas, para el novenario y fiesta de san Antonio. Hasta misa y sermón hubo el año 42, y vísperas con castillo de fuego en la puerta del callejón. El día de la fiesta repartió la beata, entre la concurrencia, mucha mixtura y una decimita (que á la vista tengo) impresa en papel verde, fruto primerizo de una joven que acababa de declararse en estado de poetisa.

A san Antonio del Fondo ¡Oh! glorioso san Antonio que, en humilde callejón, sin hacer ostentación avasallas al demonio, sigue dando testimonio de tu poder infinito, y alcanza de Dios bendito, como celeste laurel, gracias para todo aquel que a ti las pida contrito.

223 El escándalo llegó, á la postre, á oídos del arzobispo. que lo era á la sazón el franciscano padre Arrieta, quien hizo venir á su presencia al hermano capellán de san Antonio del Fondo, y lo conminó á que, sin alboroto, pusiese término á mojiganga que no era más que una de las muchas verrugas que nos legara el pasado. La superstición y el fanatismo son plantas que echan raíz muy honda.

En los Avisos de Jerónimo Barrionuevo, correspondientes al año 1665, habría leido, probablemente, nuestro simoniaco fraile, que una vez despachó san Antonio el memorial de una señora, que le pedía al santo trajese á buen camino á su marido que andaba un mucho extraviado, con el siguiente de.