Página:Mis últimas tradiciones peruanas y Cachivachería (1906).pdf/197

Esta página no ha sido corregida
189
Mis últimas tradiciones

189 lidad, no bastan para probar que, entre los peruanos, no fué otro el método de numeración.

Los quipus, exclusivos del Perú y de algunos pueblos de Asia, no servían, como algunos sostuvieron, para consignar hechos, sino cantidades. No reemplazaban á la palabra escrita, sino á la numeración. Eran un manojo de hilos de diversos colores, en los que, por medio de nudos, se marcan la unidad, ła decena, la centena y el millar. Por lo menos tal es mi creencia, que no me propongo imponer á los demás.

Otro argumento en el que, como en el de los quipus, están uniformes todos los cronistas de Indias, es el de la organización que los Incas daban á sus ejércitos y aun á sus pueblos, lo que les permitía tener una base firme para la formación de un exacto censo y cobro de contribución. Las decurias y centuria de los romanos existieron en el Perú. Cada cuerpo de ejército ó batallón, entre los peruanos, se componía de diez centurias ó sea mil soldados.

Dice literalmente Garcilaso: «Todos los juegos se llaman en quichua chunca (diez), porque todos los números van á parar al deceno. Los peruanos tomaron, pues, el número diez por el juego, y para decir juguemos dicen chuncasun, que, en rigor de significación, es: contemos por dieces. (Comentarios Reales. Capitulo 14, libro 20)».

Otras razones en apoyo de mi creencia de que la numeración decimal fué la usada por los antiguos peruanos, podría alegar; pero excuso hacerlo, porque carecen de la importancia decisiva que revisten las ya apuntadas. Una de ellas sería, por ejemplo, la de que en los ya casi destruídos caminos reales del Cuzco á Quito, y que hasta hoy se llaman Camino del Inca, á cada distancia de diez mil pasos colocaban una piedra ó señal especial.

Ponemos punto, que para expresar los fundamentos en que apoyamos nuestra opinión histórica, sobra con lo escrito.