Página:Mis últimas tradiciones peruanas y Cachivachería (1906).pdf/117

Esta página no ha sido corregida
109
Mis últimas tradiciones

IV 109 Si estúpido y sinvergüenza estuvo Mendoza con su recurso de desistimiento, tres días después acabó de consolidar su reputación de tonto de capirote, presentando nuevo escrito que, por ser típico, quiero copiar ad pedem literæ: «Iltmo. Señor: El licenciado Mendoza en los autos crimi»nales contra doña Josefa Villanueva, sus hijos y criados, digo: ›Que el día lunes de esta semana, 7 de Diciembre, como á »las diez de la mañana, el regidor don José de la Puente me »trajo cien pesos, en seis onzas de oro, para que me desistiese del pleito, con más un escrito de puño y letra de la parte »contraria para que lo firmara. En efecto, así porque ne ha»llaba en cama con las costillas maltraladas, como porque con ese dinero podía auxiliarme para la curación, alimentos, »médico y medicinas, accedí á firmar dicho escrito. Pero como »documentos que se hacen bajo la opresión, siempre que se reclame con tiempo, no valen ni hacen fuerza—A Useñoría Ilustrísima rendidamente suplico se sirva mandar la prosecución del juicio, y que se proceda á la sumaria».¡Vaya un hombre para indigno! ¡Valiente gaznápiro!—exclamó el obispo después de oír leer por el nolario Merino este recurso.

Consideró su señoria que sería el cuento de la buena pipa ó de nunca acabar el seguir admitiendo recursos de un catillado de condición tan bellaca. Es dar puñaladas al cielo ó intentar lo imposible el imaginarse que de un imbécil pueda sacarse un hombre discreto.

He aquí el auto final que dictó el ilustrísimo obispo: «No há lugar, no há lugar y no há lugar. Quédese el su»plicante con sus calillas, y ocurra donde le conviniere, no siendo ante esta Curia eclesiástica.—El Obispo.—Ante mi, Me»rinov.