poner a un lado la vanidad de retener grandes posesiones. La cesión de una parte tan desconectada de la República como California, sería una ventaja. En ningún caso nunca podrá ser rentable para la República Mexicana, ni puede posiblemente permanecer unida a ella por tiempo indefinido. Por lo tanto, renunciando a este territorio por la deuda, sería deshacerse de esta último por nada. * * * *
Si California fuera cedida por la deuda inglesa, los acreedores podrían formar una empresa, con la diferencia que debería tener una especie de soberanía sobre el territorio—un poco a la manera de la East India Company. Esto, en mi opinión, sin duda en el tiempo daría ingreso que podría ser igual a la deuda; y, en virtud de la buena gestión y con una población inglesa, seguramente haría todo lo que se ha pronosticado de este buen país."
¿Ahora, no podría ser la repentina usurpación de las Islas Sándwich un síntoma premonitorio—un avanzando hacia un movimiento en México? Mira, por un momento, el mapa del mundo. Inglaterra ya tiene el control de la parte oriental de Asia; está mirando hacia sus posesiones de la compañía de la Bahía de Hudson y evidentemente está muy entusiasmada por nuestras arengas del Senado sobre el territorio de Oregón. Su rival, Rusia, ha usurpado las Californias por un asentamiento en Bodega y se sabe que han intentado conseguir la cesión de un terreno alto en las islas hawaianas, bajo el pretexto de un deseo "de tierra para cultivar trigo". Francia tiene las Marquesas. Estamos siguiendo nuestros reclamos sobre el territorio occidental de Norte. Inglaterra requiere un punto de encuentro central para su flota en el Pacífico, y toma las Islas Sándwich. Están en línea directa del comercio de la costa oeste a China. México debe a Gran Bretaña una enorme deuda que no puede pagar. Ha un proyecto en pie para cruzar el istmo de Panamá por un canal o ferrocarril. Navegación de vapor ya ha sido introducida en el Pacífico, y todos sabemos cuán rápidamente las instalaciones avanzaron en unos años para llegar a la India a través del Mar Rojo.
Ahora confieso, que la combinación de todas estas circunstancias — el valor de las islas y la principal, la avaricia de Inglaterra, la manera en que está impulsando su imperio a todo el mundo—no puedo dejar de ver el peligro de un repentino intento de incautación del grupo hawaiano y creo es tiempo que los estadistas de nuestro país deberían adoptar una posición decidida en la política de este hemisferio. Creo que he demostrado la importancia de estas islas en nuestro comercio y el valor de las Californias, un país con vastos recursos naturales tanto como un territorio que, en manos de una potencia europea, se convertiría en un punto central, donde podrían influir poderosamente en los futuros destinos de este continente.
"La costa del Pacifico de la América española," dice el autor ya citado, "es, de extensión ininterrumpida, igual a toda la costa del viejo mundo desde Naze en Noruega al Cabo Verde en África. ¿Qué reflexiones debe esto dar lugar, cuando consideramos que esta línea de Costa comprende Dinamarca, Alemania, Holanda, los Países Bajos, Gran Bretaña, Francia, Portugal, España, Italia, los países que bordean el Mediterráneo y parte de África? "Y ciertamente las costas estadounidenses están acotadas por países, naturalmente más ricos que todos estos países antiguos y poderosos juntos".
Entonces, parece que la verdadera sabiduría de nuestro Gobierno debe orientarse hacia la preservación de este inmenso territorio intacto y bajo la influencia creciente de sistemas republicanos. Un mal paso de gobierno en nuestro día y generación, puede implicarnos en todas las dificultades exteriores y preguntas del "equilibrio de poder" y afectan el destino de nuestro hemisferio para los siglos venideros. Pero, bajo toda circunstancia, ser nuestro cuidado en mantener sagrado el suelo de nuestro
