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REVIVIENDO LA CORRIDA DE TOROS.

bol del tipo más aprobado. El toro no puede soportar el dolor creciente, se hace atrás y se sale. Otra ronda se acaba. El apurado jinete ha mantenido su lugar y su lanza, para el gran deleite del público y sale con música de trompetas. Incluso la Sombra, el lado de sombra, lo aprueba.

¿Pero que veo? ¿Qué misterioso filamento lleva abajo la cercana pata delantera del pobre toro? No es la sangre del despiadado chorro de sus flancos, es una corriente de vida de la herida en el pecho; él no puede durar mucho más.

En consecuencia es llevado nuevamente al inicio y finalmente sacrificado. El toro lanza ambas puntas de su formidable cornamenta al costado del caballo, lo levanta momentáneamente de la tierra; sus entrañas caen colgando; el jinete salta ligeramente y suelta tiras de la silla y sogas. Lanzan una soga, y un equipo de mulas alegremente vestidas, salen de una puerta, llegan rápidamente al cuerpo y apresuradamente lo arrastran.


II.

El toro ha probado sangre y ahora es salvaje sin contradicción. En la siguiente ronda quizás él abra las entrañas de un caballo, tire al jinete y lo persigue hasta la barrera. El toro no muere rápidamente, corre salvajemente alrededor del anillo hasta que atrapado por lazos. La arena está llena de polvo y agitación; todo vuela ante el enemigo con cuernos, sus ojos emiten chispas espeluznantes y su larga cola abanica el aire. Todos los Picadores lo han sondeado profundamente y a menudo, y donde han estado sus lanzas la sangre oscura se empoza.

Pero a estas alturas nuestro toro ha aprendido una cierta cantidad