Página:Mensaje Presidencial del 21 de Mayo de 2000.PDF/22

Esta página ha sido corregida

El mundo rural tiene un gran valor histórico, cultural, social y económico para la vida de nuestra Nación. El mundo rural no es sólo agricultura, siendo muy importante la agricultura. La preservación de su identidad de sus raíces está en la esencia del alma de Chile. Preservar el mundo rural es preservar la parte del Chile nuestro. Buscaremos, por ello, el pleno desarrollo de nuestra agricultura, de la cual depende la vida del campo chileno.

Vamos a propiciar condiciones de competencia justa frente a mercados internacionales fuertemente subsidiados. Cuando corresponda, haremos uso de medidas de defensa comercial según nuestra legislación interna y acuerdos internacionales. Creo en el libre comercio pero no somos ingenuos frente a los subsidios de los países más poderosos.

Por ello, si es necesario mantendremos las bandas de precio, y las perfeccionaremos en el futuro. Apoyaremos a la pequeña agricultura con políticas de modernización y diversificación, reprogramación de deudas a Indap y apoyo del Banco del Estado a la formación de capital de trabajo.

Nuestros esfuerzos se concentrarán en las regiones del sur a través de programas de riego, recuperación de suelos, innovación y transferencia tecnológica, apoyo a asociaciones, mejoramiento de la gestión y apertura de mercados.

A partir de junio pondremos en operación seguros contra daños y desastres climáticos en la agricultura. Pero más importante tenemos que hacer un esfuerzo por la reconversión de nuestra agricultura de Talca hacia el sur para poder lograr de una manera efectiva que allí también tengan la capacidad de competir en los mercados internacionales como compite la agricultura nuestra de Talca al norte.

No hay ninguna razón para tener dos agriculturas. Queremos una sola competitiva y eficaz.

Pero hay otras áreas en las cuales también tenemos que integrarnos. A pesar de nuestros buenos índices en materia de desarrollo humano, tenemos uno de los más bajos en participación laboral de la mujer: sólo un 36 por ciento. Esto refleja la desigualdad y la discriminación en nuestra sociedad para la mujer la cual no está plenamente integrada.