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por cierto y por verdad que era vanidad todo lo que desseava y muy gran liviandad todo lo que pensava. Vamos adelante con la confessión, pues es todo para mí más confussión. Muchas vezes, en la corte, estando solo, me passava a pensar qué iba de mí a los otros y de los otros a mí, y persuadíame a mí que en sangre ninguno era tan limpio, en sciencia tan docto, en doctrina tan gracioso, en aconsejar tan cuerdo, en hablar tan limitado, en escrevir tan elegante, en criança tan comedido y en conversación tan amoroso. Y después que tornava sobre mí y veía las faltas que avía en mí, halla va por cierto y por verdad que en todo me levantava falso testimonio y que en otros y no en mí se hallava todo aquello. Holgava (1) que todos me tuviessen por saneto, todos por docto, todos por recogido, todos por desapassionado, todos por contento, todos por zeloso y todos por assossegado; y, por otra parte, estava mi voluntad hecha un piélago de desseos y mi coraçón un mar de pensamientos. ¡O quánta differencia va de lo que los cortesanos somos a lo que éramos obligados de ser, a causa que en la honra queremos ser muy estimados y en el bivir muy libertados, lo qual no se puede compadescer, porque la desordenada libertad siempre fué enemiga de la virtud! Yo mismo de mí mismo estoy espantado de verme que no era el que soy y ni soy el que era; porque solía dessear que la corte se mudasse cada día, (1) Holgar: alegrarse.