Página:Menosprecio de corte y alabanza de aldea (1922).pdf/154

Esta página no ha sido corregida
152
 

ventón (1) de buenos y un resbalador (2) de malos y un atolladero de todos. Nunca fuí a palacio que me faltasse una ventana a do me arrimar y un cortesano con quien murmurar. Nunca salí por la corte que no viesse algo de que tener embidia y aun alguna persona en quien pusiesse la lengua. Nunca hablé con los príncipes y con sus privados que si una vez saliesse contento no saliesse ciento muy despechado. Nunca me acosté sin santiguar ni nunca tomé el sueño sin sospirar. Nunca estuve en lugar que me agradasse ni en posada que me contentasse. Finalmente, digo y affirmo que nunca me vi en la corte tan contento que de hora a hora no me viniesse algún sobresalto. No paravan en esto mis trabajos, ni aun mis grandes tropiezos; porque en la corte yo era el que tenía menos parte en mí, según (9) los que dependían de mí. Si quería hazer algún bien, poníanseme delante mis gastos.

Si quería darme a estudiar, sobre venían mis amigos. Si quería rezar las horas, luego me salteavan negocios. Si me quería retirar de la corte, no me dexa van mis deudos. Si me escondía una hora solo, martirizávánme los cuydados. Finalmente, digo que nunca me tomó (4) la noche contento ni vi amanescer el día sin cuydado, ¡O quánto bien fuera si aun en esto mi culpa parara!; mas pues en más (1) Reventón: la cuesta que hace perder el allento al que la sube y tiene necesidad de respirar y descansar.

Resbalador dice la edición princeps; en las demás, reaba(2) ladero.

(8) Según: en proporción de, en comparación de.

(4) Tomar: sorprender.