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neses dixo: «En la república de Cartago, los nobles no dexan de pelear, los plebeyos no paran de trabajar y los filósofos no dexan de doctrinar. El embaxador de los sículos dixo: En la república de los sículos házese justicia, trátase verdad y préscianse de igualidad.» El embaxador de los rodos dixo: «En la república de los rodos son los viejos muy honestos, los moços muy vergonçosos y las mujeres muy calladas. El embaxador de los atenienses dixo: «En la república de Atenas no consienten que los ricos sean parciales, ni los plebeyos estén ociosos, ni los que goviernan sean nescios. El embaxador de los lacedemonios dixo:

En la república de Lacedemonia no reyna embidia, porque son todos iguales; no reyna avaricia, porque todo es común; no reyna ociosidad, porque todos trabajan. El embaxador de los siciomios dixo: «En la república de los siciomios no admiten peregrinos que inventen cosas nuevas, ni médicos que maten a los sanos, ni oradores que defiendan los ple ytos. Como (1) el rey Tolomeo y los que con él estavan oyeron las leyes y costumbres que aquellos embaxadores relataron aver en sus reynos y repúblicas, todas las aprobaron y todas las alabaron, jurando y perjurando que eran todas tan buenas que no ossarían determinarse quáles dellas eran mejores. Historia es ésta y antigüedad es ésta digna por cierto de notar y mucho más de la imitar; aunque es verdad que si agora se juntassen (1) Como: cuando.