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todos alterados, aborridos, gastados, despechados y aun affrentados; porque de doze horas que ay en el día, si por caso rie con los amigos las dos, so8pira a solas las diez. Teneos por dicho, señor cortesano, que por más rico, favorido (1), estimado y privado que seas en la corte, que si os susceden dos cosas como queréis, se han de hazer diez al revés. Va uno a la corte el qual tiene que negociar con el rey, con el privado, con el Consejo, con contadores o con los alcaldes, y si despacha su negocio no pudo despachar el del hermano, el del cuñado, el del suegro o el del amigo; por manera que siente más affrenta por lo que le negaron que alegría por lo que le dieron. La mayor señal para ver que nadie bive en la corte contento es que estando dentro de la corte y andando por la corte y tratando negocios de corte, se preguntan unos a otros qué nuevas ay en la corte; de lo qual se arguye que el que pregunta en la corte por nuevas, dessea ver allf novedades.

Uno de los famosos trabajos de la corte es que como allí ninguno bive contento con su fortuna, todos dessean ver mudança en la fortuna, porque de aquella manera piensan los pobres de enriquescer y los ricos de más mandar. ¡0 quántos ay en las cortes de los príncipes los quales se están allí envejeciendo, deshaziendo, sospirando y esperando quándo mas quándo (2) el rey le conoscerá, el pri(1) Favorido: favorecido.

(2) Quando mas quándo: en qué hora precisa.

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