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ellos fueron príncipes muy ilustres, así en las haza.

ñas que hizieron como en las repúblicas que governaron; mas junto con esto fueron tan desdichados en la policía (1) de sus casas y en la pudicia (2) de sus mujeres y hijas, que bivieron muy lastimados y murieron muy infamados. Ay hombres en esta vida muy hábiles para mandar y muy inhábiles para ser mandados, y, por el contrario, ay otros que son buenos para ser mandados y no valen cosa para mandar; quiero por esto dezir que ay personas las quales tienen don de Dios para governar una república, y por otra parte, si pesquisan la manera que tienen en su casa y familia, hallarán que es una pérdida y que ccino a hombres incapaces les habían de dar tutores. Plutarco dize que el muy famoso capitán Nicias nunca erró cosa que hiziesse por consejo ageno di acertó cosa que emprendiesse por su parescer propio. Si a Byarcas el filósofo creemos, muy mayor daño se le sigue a un hombre valeroso enamorarse de su propio parescer que no de una muger; porque el enamorado no puede errar más de para sola su persone, mas el porfiado yerra en dañio de toda la república.

Todo lo sobre dicho dezimos para amonestar y persuadir a los cortesanos que biven en la corte que siempre hablen, traten y conversen allí con personas graves, doctas y experimentadas; porque la gravedad amuestra (3) a bivir, la sciencia (1) Policia: culdado, orden, gobierno.

(2) Pudicia: pudor, recato.

(3) Amostrar: mostrar.