Página:Menosprecio de corte y alabanza de aldea (1922).pdf/111

Esta página no ha sido corregida

CAPITULO XII

QUE EN LAS CORTES DE LOS PRÍNCIPES TODOS DIZEN «HAREMOS) Y NINGUNO DIZE (HAGAMOS».

Byas el filósofo, varón que fué muy nombrado entre los griegos, muchas vezes dezía a la mesa del magno Alexandro: «Quilibet in suo proprio negotio haebetior est quam in alieno.» Como si más claramente dixesse: Naturalmente es el hombre agudo en dar parescer a otros y boto e inhábil en lo que le toca a él. Grave, por cierto, sentencia es ésta, digna del que la dixo y muy digna de quien se dixo; porque si ay mil que aciertan en cosas agenas, ay diez mil que yerran en las propias. Ay hombres en este mundo que para dar un sano consejo y para ordenar un remedio de presto (1) tienen paresceres heroycos e ingenios muy delicados, los quales, sacados de negocios agenos y traídos a negocios suyos, es lástima ver lo que dizen y es vergüença lo que hazen; porque ni tienen cordura para governar sus casas, ni aun prudencia para encubrir sus miserias. Cayo César, Octavio Augusto, Marco Antonio, Septimio Severo y el buen Marco Aurelio, todos estos y otros infinitos con (1) De presto: improvisado, repentino.