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nozca y aun reconozca a la persona a quien lo da, porque dar a quien no lo meresce es muy grande affrenta y quitarlo a quien lo meresce es gran consciencia (1). Es también necessario que mire mucho en el tiempo que lo da; porque el bien que se haze al amigo no abasta que se funde sobre razón, sino que se haga en tiempo y sazón. Es también necessario mire mucho el fin por que lo da; porque si da a persona desacreditada o que en su bivir no es muy honesta, desminuirá mucho de su hazienda y mucho más de su honra.

Uno de los grandes desórdenes que ay en las cortes de los príncipes es que más dan al chocarrero porque dixo una gracia, al truhán porque dixo a la gala a la gala (2), al bien hablante porque dize una lisonja, a una cortesana porque da un favor y a un correo que trae una nueva, que a un criado que sirve toda su vida. No condeno, sino antes lo alabo, que los señores partan con todos, socorran a todos y den a todos, pues tienen para todos; mas también es justo que entre estos todos también en tren sus criados, porque los príncipes y grandes se flores son servidos, mas no son amados por los salarios que dan, sino por las mercedes que hazen; quando los señores dan a los extraños y no dan a los suyos, ténganse por dicho que no sólo murmurarán de lo que les vieren dar, mas (1) (2) Consciencia: cargo de conciencia.

A la gala: voz de invitación a cantar la gala de alguno por sus victorias, por sus prendas sobresalientes, por su merecimiento no común, etc.