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y no dudéis que si mucho tiempo andáis en la corte, que poder podrán los tejados y cortinas a vuestra persona cubrir, mas a no vuestros vicios encubrir. Mucho es de notar y mucho más es de llorar que en la corte y fuera de la corte hazen ya todos los mortales las casas muy altas y los aposentos muy apartados, no tanto para seguramente bivir, como para más secretamente pecar.

No deve el cortesano alterarse ni escandalizarse si no puede hablar al rey, si le negó la audiencia el privado, si no prove yeron a su memorial, si no respondieron a su petición, si no le pagan su tercio, si le motejó alguno en palacio o se atravesó (1) alguno con su amigo; porque el cortesano que quiere la corte seguir y piensa en ella medrar, ni ha de tener lengua para responder ni aun manos para se vengar. Quando uno va a la corte, provéese de dineros, de cavallos, de ropas, de leña, de cebada, de posada y aun a las vezes de amiga, y ninguno se provee de paciencia, como sea verdad que todas estas otras cosas las halla a comprar y la paciencia a cada paso se la hazen perder.

El que en la corte no anda armado y aun aforrado de paciencia más le valiera no salir de su tierra; porque si el tal es brioso, sacudido o mal suffrido, andarse ha por la corte corrido y bolverse ha & su casa affrentado. Las zoçobras, affrentas y sobresaltos que todos padescemos, en ninguna parte nos faltan, mas a los que moran en la corte siem(1) Atravesarse: ponerse mal con otro, encontrarse con él slendo de opinión o genio contrario.