CÁRCEL DB MUJERBS
llo, mirada insolente. Es el “perro” que husmea la caza. Tres, cuatro, cinco mujeres son conducidas por incitar. Se cumple una misión social; el salario del estibador que élla lleva en la liga servirá para pagar la multa en la paz monacal del Asilo San Miguel.
25 de Mayo y Lavalle. Público de teatro verde; vie- jos dignos y jovencitos pecadores. Sensualidad gas- tada o aflorando al conjuro de los bailes de las her- manas Solzona o a los cantares de la bella Triana.
Afuera altoparlante; propagandista de los paraísos baratos del interior. Adentro, humo, gritos, hombres y mujeres. Cerveza barata. Estridencia dle la risa de los hombres que pugnan por alegrarse.
En el escenario una mujer baila.
—¡ Que saque la teta!
Y ella baila, pesada, carnosa, en un revoleo de an- cas españolas que hacen temblar el ambiente.
Y el hombre mira y goza y sufre y anhela. ¡ El Hom- bre! ¡El dueño de la calle, de la casa, de la oficina y del Estado!
Cafetín de Leandro Alem. Chinaje ide Misiones, Chaco y Formosa. El norte y el Oeste argentino. Fue- ron sirvientas; ahora “trabajan” en el Nelson, el el City...
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