Página:Mendoza Carcel mujeres.djvu/25

Esta página no ha sido corregida

CÁRCEL DE MUJERES

Son las diez de la mañana.

Tina a una van cayendo las mujeres apresadas la no- che anterior en las comisarías seccionales.

-—“¡Santos dias, madrecita !”

Laura Requelme acaba de entrar.

Pinta de milonguera, ñata, de ojos hundidos color verde, cabello lacio y tirado detrás de la oreja. Pintada como un afiche, calzada con zapatos de charol con apli- caciones de cuero blanco, simulando dominós.

Se sienta detrás de mí y arrastra el banco con un pic. Yo lo retiro, y ella dice:

—““¡ Perdone, señorita !”

—“¡Yo no sé a qué traen gente decente aquí! —

—“¡—Me han cazado entre cinco! Sino, no vengo. La culpa la tiene la tonta de mi hermana, Marta, que estaba esperando un tipo. Yo le dije: “¡ Rajá, que yo me abro sola! Pero la muy pava se quedó. Otra vez no me pasará. Es todo por esa sonsa que no sabe trabajar. Yo tengo que darle de dos a tres pesos todos los días para que pueda comer y dormir. A mi marido no le gusta nada. ¡Pero, qué le voy a hacer!... ¡No sirve para el trabajo!...”

—“¡ Bah! ¡El tipo ese! Es un pebete. ¿Vive con vos, ahora?... Hace como un mes que me vió y me dijo: “Nata, ñata, cómo gustás!” Es un gran amigo mío... Me invitó una vez al buffet y me pagó lo que yo tomé. Y cómo yo lo cachaba, me decía: “No me tomés por un