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DE UN PERRO

Hai, pues, necesidad de pedir sus luces al G ∴ A ∴ del U ∴ para forjar un nuevo eslabon que estreche los lazos rotos hoi por el desaparecimiento de nuestro V ∴ H ∴ Can-Pino.

Formemos de nuevo la gran cadena i marchemos, V. V ∴ H. H ∴ al taller para fabricar la plancha de condolencia que el Cazar ordena le mandemos a la inconsolable Musidora.

H ∴ Can-Pino, descansa en paz.


Señores:—Dios, que todo lo puede, en sus designios inescrutables, nos ha arrebatado la vida de un perro bueno.

I, no estrañeis, señores perros, que yo, en representacion de mis hermanos de San José, venga a haceros la apolojía del que yace en negro i oscuro ataud; porque, si bien es cierto que murió sin los auxilios de la santísima relijion nuestra, en cambio su vida fué ejemplar i austeras sus virtudes.

Can-Pino, señores, al bajar a la tumba, nos ha legado, aparte de su sabiduría, una perra de no malos bigotes, que algun dia puede servirnos, i un perrito, Torquemada, que, educado en nuestra escuela, podrá ayudarnos mas tarde en el saqueo que preparamos contra las propiedades de los liberales i radicales que hoi, despues de ser aliados, se han convertido en nuestros enemigos.

Lloremos, señores, sobre la tumba de Can-Pino i que la paz del sepulcro descienda sobre sus restos.—He dicho.