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MEMORIAS

Pero Garibaldi i Musidora no podian acudir a su llamado por... motivos que los perros bien comprenderán.

Miéntras tanto, el público pataleaba, gruñia i ladraba a la par del empresario.

Al fin, éste nos descubrió. Nunca he recibido una paliza igual, i sobre la paliza, un balde de agua fria, que me dejó como perro de aguas.

La misma suerte corrió mi compañera.

Pero esa noche no trabajamos porque, a lo ménos yo, no estaba en facha de presentarme al público...

IV

Aquella noche, feliz i desgraciada para mí, resolví romper mi contrata con el empresario Platuni.

No me era posible tolerar que me tratase como a un perro, a mí, a un capitan, al artista de una compañía de animales sabios!

Al servicio del siñor Platuni habia entrado por la puerta de su casa; pues bien, me salí por el albañal, diciendo con el gallego: Adios, Platuni, que te quedas sin jente!

La noche era fria, i me encontraba sin techo i sin un hueso que roer. Pero Dios, que subviene a la alimentacion de las avecillas del cielo, ¿por qué no habia de subvenir a la de un perro de la tierra?

Me eché, pues, a aplanar calles, como dictatorial sin ocupacion, pero como quien busca la botica de semana para no caer por sospechas de patitas a una comisaría.

A los primeros pasos que di, me encontré con