—= 1 —
poder de retracción, con una sensibilidad de emociones refrenadas, enriquecidas por el re- torno y contenidas por el hábito de la medi- tación. El pensamiento acostumbra al replie- gue sobre sí mismo, lo que da a la actividad del espíritu, flexibilidad y continencia. La concentración lleva a la síntesis, que a su vez termina en la sobriedad.
El cuento condensa en un episodio, una vida, la singularidad de un ambiente, las modalidades correspondientes a estados de ánimo y sentimientos de un momento deter- minado. Es necesario, para ello, que el epi- sodio sea intenso y significativo, con el poder de afocar la psicología de los personajes, o por lo menos sus rasgos característicos y singulares. Hay vidas que se concentran en un solo instante, en un único acontecimiento, y ellas no son muchas ni muy comunes. Otras, al contrario, se desenvuelven y despliegan al través de una serie de mayor o menor impor- tancia, sin esa facultad de condensar en uno sólo la intensidad de vida que el cuento ra-
clama. Por eso exige, con cierta visión dra-