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agota en sus fuentes profundas, para no vivir sino a través de la sensación y la superficie. El artificio se nutre de la frivolidad y la frivolidad se alimenta y se satura de mentira.
Pero ella no llega a las conclusiones amargas que la contemplación del medio llevaría a un espíritu maduro. Su frescura de alma reanima lo que toca y da juventud a las formas dese- cadas y marchitas. De allí sus conclusiones, casi siempre optimistas, con ese optimismo que tiene de la realidad y la ilusión, del en- sueño y de la vida. Mezcla de aurora y atar- decer, tiene de una y otro, la sonrisa re-
frescante y la dulzura melancólica.
v.
Fantasias representa una feliz iniciación. Algo más que una promesa, el principio de una realidad. Abramos nuestro espíritu a estas almas que llegan con un ritmo superior. Su primer modulación es ya una música y un canto. Pero algo más grande todavía encie-