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cida ya la naturaleza psicológica del hombre, qué condiciones reunen sus actos, para calificarlos moralmente, siendo asi que ni los apetitos del ani- mal, ni las funciones de la planta, admiten esa calificación.
El hombre es, en electo, como sér racional y libre, el único sujeto de la moral. Los demás séres crea- dos van ásu fin, ócomo meros instrumentos ó inte- resándose en su destino confusamente por el placer y el dolor; solo el hombre conoce su fin y puede realizarlo.
Nadie culpa la piedra que causa con su caida un desastre, ni juzga meritoria el agua que da lozania á las plantas; no hay moralidad si falta el agente inte- ligente y libre.
El hombre posee en propiedad dos dones rehusados al resto de las criaturas: la razón yla libertad. Como sér racional puede conocer su destino; como sér libre, puede cooperar á él eficazmente.
El hombre es el único sujeto de la Moral, pero no todos sus actos le son imputables; en efecto, ni los orgánicos, ni los irreflexivos, son del dominio de esta ciencia, sino los actos ejecutados con advertencia del entendimiento y deliberación de la voluntad; solo estos son calificables de buenos ó malos y quedan comprendidos en el orden moral.