Página:Manuela Rosas.djvu/45

Esta página ha sido validada
—39—

competencia que hace crispar los nervios al recordarla, se establece entre los federales de Rosas, para alcanzar cual más mayor fama, con mayor barbarie, con mayor cinismo, con más horribles persecuciones sobre los "enemigos de Dios y de los hombres".

La casa de Rosas se convierte en la bolsa de este comercio de sangre y de vicios; y Manuela, la infeliz joven que no podía comprender política ni filosóficamente lo que pasaba en torno suyo, alcanzaba perceptiblemente, que los unitarios querían la muerte de su padre, de ella, de toda su familia, y de todo el mundo, según la vocinglería orgiaca que la aturdía.

Y, sin violencia, empezaron a entrar en su alma las primeras antipatías por la clase más pura de la sociedad en que había nacido.

Sus delicadezas de mujer, sus instintos de joven, los ejemplos primeros de