que llegó para quedarse y pocos se opondrían con éxito a frenar la historia.
DE CIERTO MODO, LO GLOBAL SE CONTRAPONE A LO TRIBAL, ENTENDIENDO ESTO ÚLTIMO COMO LA CONVENIENCIA DE LA DEFENSA DE LAS CULTURAS LOCALES, EN SU MAYORÍA DE ORÍGENES ANCESTRALES.
La globalización, como proceso mundial de intercambios de conocimiento y participación, tiene antecedentes históricos surgidos de la necesidad del ser humano por conocer el mundo en que vivía, descubriendo, en sus viajes, otros territorios, otras personas, además de constatar con ello la redondez de la Tierra. En la década de los sesenta del siglo XX, el filósofo y comunicador canadiense Marshall McLuhan anticipó nuestras vidas en comunidad universal gracias a los progresos tecnológicos en comunicaciones e interconexiones humanas a escala global y acuñó la expresión «aldea global» para describir la tierra que habitamos.
En el caso nuestro, Chile es un país abierto al mundo, al comercio y a los intercambios culturales. Sufre las dificultades internacionales, así como se beneficia en los períodos de bonanza. Por ejemplo, en momentos de crisis y escaso crecimiento económico de China ―principal comprador de cobre en los últimos años―, los ingresos se resienten por la baja del precio de este metal; mientras que en épocas de crecimiento de este u otro país comprador del mineral, sucede lo contrario. Lo mismo ocurre con el salmón o las frutas que, con sus variaciones de precio, mejoran o afectan los ingresos por concepto de exportaciones.
La globalización también incide en la cultura y la ciencia. Hay más y mejor acceso a las artes plásticas, la música, los viajes, la información interactiva en medios de comunicación, a la vez que se favorecen los procesos migratorios, como es el caso de nuestro país, donde viven alrededor de 1,3 millones de extranjeros provenientes, en su mayoría, de Venezuela, Haití, Colombia y Argentina. A su vez, de acuerdo con datos de prensa de 2019, un similar número de connacionales se encuentran viviendo fuera del territorio.
Una forma efectiva de protección, regulación y control de lo nacional en estos procesos han sido los tratados de libre comercio (TLC). Chile los ha firmado con diversos países de América, Europa y Asia. Para 2019, había 26 tratados con 50 países y regiones, y los principales socios comerciales eran China, Brasil, Estados Unidos, Japón y Argentina.
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