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CAPÍTULO 6 ¥
LAS FINANZAS PERSONALES

El ahorro e
inversiones

En edad laboral activa, quizá entre los 25 y 55 años, cualquiera sea el oficio o profesión que se desempeñe, es cuando hay mayor posibilidad de tener ingresos, los que servirán no solo para esa etapa de la vida, sino también para la vejez. Estos pueden provenir de remuneraciones de trabajador dependiente o de ingresos del ejercicio laboral independiente o empresarial.

Pero ¿de dónde podría surgir el ahorro para hacer inversiones? La respuesta tiene relación con que los ingresos de las personas, cualquiera que sea su origen, pueden tener hasta dos destinos: el consumo y, si queda algo, el ahorro.

DESTINO
INGRESO CONSUMO

Y/O AHORRO

El consumo es aquella parte de los ingresos que se destina a los gastos de la vida diaria, a todo aquello que consideramos imprescindible (alimento, vivienda, vestuario, educación, salud). El ahorro, entonces, es lo que queda disponible de los ingresos luego de restarle el consumo. Por ejemplo, si una persona tiene $100 de ingresos y consume $80, le quedan $20 que podría destinar al ahorro.

Y, ¿qué hacer con el ahorro? Idealmente, este podría invertirse, así no pierde su valor, sino que lo mantiene o aumenta y permite el acceso a bienes rentables económica o socialmente (más y mejor educación, una casa, un auto, viajes), en definitiva, posibilitan acceder a una mejor calidad de vida. Luego, la inversión no es otra cosa que el empleo productivo de los ahorros personales y familiares, aunque también se puede invertir con recursos ajenos (préstamos, créditos), siempre y cuando la rentabilidad de la inversión sea mayor al costo de utilizar recursos de terceros.

Pero ¿en qué invertir? Si un joven de 20 años, curioso, pregunta en qué invertir los ahorros de su primer empleo, un adulto podría recomendarle que abriera una cuenta de ahorro para su

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