Página:Manual alfabético del Quijote.djvu/85

Esta página ha sido corregida
— 79 —

suele decirse que es dulce el amor de la patria. [1]

  1. En vano se pretende borrar este afecto impreso en nuestro corazon por la sabia mano de la naturaleza, substituyéndole un cosmopolitismo filosófico. En buen hora estendamos nuestra benevolencia á todos los humanos; en buen hora nos interesemos por la felicidad general; pero ¿como desentendemos de no dar el primer lugar a los que nacieron ó se educaron en el país donde cada uno ha nacido y se ha educado? Meta cada cual la mano en su pecho, pase revista á su vida y particularmente á sus tiernos años y vea si en la patria no tienen el influjo, el atractivo mas poderoso los objetos mas insignificantes. Un arbol, una ave, el ladrido de un peno por la noche, todo cuanto nos afecta en aquella feliz edad, queda como patrimonio nuestro; y se ve que el amor patrio no es un convenio social; es una de las leyes inefables de la naturaleza.


PEREZA.

La gente baldia y perezosa es en la república lo mesmo que los zánganos en las colmenas, que se comen la miel que las trabajadoras abejas hacen.


PLUMAS.

Las cuales con mas libertad que las lenguas suelen dar á entender á quien quieren lo que en el alma está encerrado; que muchas veces la presencia de la cosa amada turba y enmudece la intencion mas determinada y la lengua mas atrevida.


POBREZA.

¡Oh pobreza, pobreza! no sé yo con qué