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acuerdo. En este otro escuadron vienen los que beben las corrientes cristalinas del olivífero Betis, los que tersan y pulen sus rostros con el licor del siempre rico y dorado Tajo, los que gozan las provechosas aguas del divino Genil, los que pisan los tartesios campos de pastos abundantes, los que se alegran en los elíseos jerezanos prados, los manchegos ricos y coronados de rubias espigas, los de hierro vestidos, reliquias antiguas de la sangre goda, los que en Pisuerga se bañan, famoso por la mansedumbre de su corriente, los que su ganado apacientan en las estendidas dehesas del tortuoso guadiana, celebrado por su escondido curso, los que tiemblan con el frio del silvoso Pirineo y con los blancos copos del levantado Apenino: finalmente, cuantos toda la Europa en sí consiente y encierra. [1]

  1. Este elocuente trozo recuerda la reseña de los guerreros de Eneas en la Eneida.


NECESIDAD.

Esta que llaman necesidad á donde quiera se usa, y por todo se estiende y á todo alcanza.


NOCHE.

Media noche era por filo poco mas ó menos cuando don Quijote y Sancho dejaron el monte y entraron en el Toboso. Estaba el pueblo en un sosegado silencio, porque todos sus vecinos dormian y reposaban á pierna tendida como suele decirse. Era la noche entreclara, puesto que