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grandeza que ahora conservan, te sirva de ejemplo la casa otomana, que de un humilde y bajo pastor que le dió principio, está en la cumbre que le vemos. Del segundo linage, que tuvo principio en grandeza y la conserva sin aumentarla, serán ejemplo muchos príncipes, que por herencia lo son y se conservan en ella, sin aumentarla ni disminuirla, conteniéndose en los límites de sus estados pacíficamente. De los que comenzaron grandes y acabaron en punta hay millares de ejemplos, porque todos los Faraones y Tolomeos de Egipto, los Césares de Roma, con toda la caterva (si es que se le puede dar este nombre) de infinitos principes, monarcas, señores, medos, asirios, persas, griegos y bárbaros, todos estos linages y señoríos han acabado en punta y en nonada, asi ellos como los que les dieron principio, pues no será posible hallar ahora ninguno de sus descendientes, y si le hallásemos seria en bajo y humilde estado. Del linage plebeyo no tengo que decir sino que sirve solo de acrecentar el número de los que viven, sin que merezcan otra fama ni otro elogio sus grandezas. De todo lo dicho quiero que infirais que es grande la confusion que hay entre los linages, y que solo aquellos parecen grandes é ilustres, que lo muestran en la virtud y en la riqueza y liberalidad de sus dueños.


Haz gala, Sancho de la humildad de tu linage, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá á correrte: y préciate mas de