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DEL
QUIJOTE,
Ó
COLECCIÓN DE PENSAMIENTOS DE CERVANTES
EN SU INMORTAL OBRA.
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ADULACIÓN.
¡Oh fuerza de la adulacion, á cuanto te estiendes, y cuan dilatados límites son los de tu jurisdiccion agradable! [1]
- ↑ No es estraño que Cervantes conociese el poder de la adulacion, como hombre que habia observado la sociedad y residido tan largo tiempo en las cortes. Esto nos recuerda el dicho que frecuentemente oimos á un sujeto distinguido, y verdaderamente benéfico, cuya muerte lloran muchos desgraciados: «Me gusta hacer bien, decia con su natural franqueza, y me gusta tambien que me lo alaben. El incienso es agradable hasta á los Dioses.»