síguese que aquellos que la profesan tienen sin duda mayor trabajo que aquellos que en sosegada paz y reposo están rogando á Dios favorezca á los que poco pueden.
Pues comenzamos en el estudiante por la pobreza y sus partes, veamos si es mas rico el soldado, y veremos que no hay ninguno mas pobre en la misma pobreza, porque está atenido á la miseria de su paga, que viene ó tarde ó nunca, ó á lo que garbeare por sus manos con notable peligro de su vida y de su conciencia; y á veces suele ser su desnudez tanta, que un coleto acuchillado le sirve de gala y de camisa, y en la mitad del invierno se suele reparar de las inclemencias del cielo, estando en la campaña rasa, con solo el aliento de su boca que como sale de lugar vacío, tengo por averiguado que debe de salir frio contra toda naturaleza. Pues esperad que espere que llegue la noche para restaurarse de todas estas incomodidades en la cama que le aguarda, la cual si no es por su culpa jamas pecará de estrecha, que bien puede medir en la tierra los pies que quisiere, y revolverse en ella á su sabor sin temor que se le encojan las sábanas. Lléguese pues á todo esto el día y la hora de recibir el grado de su egercicio, lléguese un dia de batalla, que allí le pondrán la borla en la cabeza hecha de hilas para curarle algun balazo que quizá le habrá pasado las sienes, ó le dejará estropeado de brazo ó pierna; y cuando esto no suceda, sino que el piadoso cielo le guarde y conserve sano y vivo,