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XIV

genes del Desaguadero, hizo un armisticio de quarenta dias para descuidarnos; y antes de terminar este, rompió las hostilidades, atacó nuestras tropas, y hubo un combate sangriento en que perdimos mas de mil y quinientos hombres. La memoria se horroriza de recordar los desafueros que cometió entonces Goyeneche en Cochabamba. ¡Oxala fuera posible olvidarse de este americano ingrato y sanguinario; que mandó fusilar el dia de su entrada al honorable Gobernador Intendente Antesana; que presenciando desde los balcones de su casa este iniquo asesinato, gritaba con ferocidad á la tropa, que no le tirase á la cabeza, porque la necesitaba para ponerla en una pica; que después de habérsela cortado, mandó arrastrar por las calles el yerto tronco de su cadáver, y autorizó á sus soldados con el bárbaro decreto de hacerlos dueños de vidas y haciendas, dexandonos correr en esta brutal posesión muchos dias!

La posteridad se asombrará de la ferocidad con que se han encarnizado contra nosotros unos hombres interesados en la coservacion de las Américas; y nunca podrá admirar bastantemente el aturdimiento con que han pretendido castigar un paso que estaba marcado con sellos indelebles de fidelidad y amor. El nombre de Fernando de Borbón precedía en todos los decretos del gobierno, y encabezaba sus despachos. El pabellón español tremolaba en nuestros buques, y servia para inflamar nuestros soldados. Las Provincias, viendose en una especie de horfandad por la dispersion del gobierno nacional, por la falta de otro legítimo y capaz de respetabilidad, y por la conquista de casi toda la metrópoli, se habían le-