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¡MADRE!
... pero desde que fui madre, mi vida fué una perpetua acción de gracias a Jesús ....

...Desde ese día mi cerebro fué un altar, todos los cirios de mi agradecimiento elevaron sus llamas perennes hacia el trono de Dios.......

(De «Milagros del amor», novela inédita).—El autor.

Las angustias del amor
En tu frente hicieron mella
Y te grabaron la huella
Tenebrosa del dolor.

¿Quién apreciará el valor
De esa arruga, que fué estrella
En una lejana y bella
Primavera del amor?

¡Oh, madre!, si mi cariño
Que tu bondad hizo armiño
Tuviera poder divino,

Yo coronara esa huella
Con la más radiante estrella
De mi ensueño diamantino.