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Rosas olorosas sobre el seno pálido
De la amada muerta: ¡cómo me hacéis mal!
¡Ah, cuando era viva! cómo la envidiábaís!
Y ahora que es muerta, ¡crueles!, brilláis.
Ella, fresca rosa de mi ensueño claro,
¡Con qué deliciosa sensación de amor
En sus tibias manos os tomaba ufana,
Y os besaba!: ¡cómo os envidiaba yo!
En sus labios, rojos como mis deseos,
¡Oh rosas sangrientas de ardiente color!
Erais como lenguas purpúreas besando
Claveles de fuego, teñidos de sol.
Rosas olorosas, sobre el seno pálido
De la amada muerta: ¡cómo me hacéis mal!
¡Ahí, cuando era viva ¡cómo la envidiábais
Y ahora que es muerta, ¡crueles!, brilláis.