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Acta de Pío XI

De estas máximas perversas de Nestorio se seguía que había que reconocer en Cristo a dos personas, una divina y otra humana; y necesariamente, en consecuencia, que la Santísima Virgen María no era verdaderamente Madre de Dios, o "Theotócos", sino más bien Madre de Cristo hombre o "Christotócos" o, a lo máximo, "Theodócos", es decir, sustentadora de Dios.[a][1].

Estos dogmas impíos, ya, no predicados en la oscuridad del secreto por un particular, sino abiertamente en público por el mismo obispo de Constantinopla, produjeron en las mentes, especialmente en la Iglesia oriental, una perturbación muy grave. Y entre los oponentes de la herejía nestoriana, que no faltaron ni siquiera en la capital del Imperio de Oriente, ocupa ciertamente el primer lugar, como reivindicador de la integridad católica, aquel hombre santo que fue Cirilo, Patriarca de Alejandría. Tan pronto como se enteró de la doctrina impía del obispo de Constantinopla, muy celoso no solo de sus hijos, sino también de sus hermanos errantes, defendió válidamente la fe ortodoxa entre los suyos, y luchó con espíritu fraternal para que Nestorio volviera a la norma de la verdad, enviándole una carta.

Habiendo fracasado, debido a la petinaz obstinación de Nestorio, en este intento caritativo, Cirilo, no menos buen conocedor que firme defensor de la autoridad de la Iglesia Romana, no quiso impulsar más la discusión ni pronunciarse con su autoridad en una causa tan grave, sin antes preguntar y escuchar el juicio de la Sede Apostólica. Escribió, por tanto, "al Bienaventurado y a Dios, Padre Celestino muy amado", una carta llena de deferencia, diciéndole entre otras cosas: "La antigua costumbre de las Iglesias nos lleva a comunicar causas similares a Vuestra Santidad ..."[2] . «Tampoco queremos abandonar públicamente la comunión con él (Nestorio), antes de comunicar este asunto a tu piedad. Por tanto, dígnate manifestarnos tu sentencia, para que podamos constatar claramente si nos conviene comunicarnos con quien favorece y predica una doctrina tan errónea.

  1. Mansi, Conciliorum Amplissima Collectio, IV, c. 1007 (el texto está disponible en Documenta Catholica Omnia); Schwartz, Acta Conciliorum Oecumenicorum, I, 5, p. 408
  2. Mansi, loc.cit., IV, 1011
  1. sustentadora' o portadora, en el original latino, susceptricem