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El agua se llevó el débil esquife.
EL INTRÉPIDO SOLDADO DE PLOMO
Habia una vez veinte y cinco soldados de plomo, todos hermanos por haber nacido de la misma cuchara de estaño. Llevaban el arma al brazo y miraban fijamente delante de sí; su uniforme era de color rojo y azul.
Las primeras palabras que oyeron en este mundo, cuando levantaron la tapa de la caja donde estaban encerrados, fueron: « ¡Ay qué bonitos soldados de plomo! »