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LOS CORREDORES.

como una flecha á paises lejanos cuando aparece el frio en los nuestros. No tenéis patriotismo, y el haberos excluido del certamen ha sido un acto de justicia.

- ¿y si en todo el invierno anido en un hoyo cualquiera para dormir como hacen las marmotas durante los frias, me admitirán entónces á disputar el premio? dijo la golondrina.

- Ciertamente que si, declaró el poste, pero será necesario que traigáis un certificado de la vieja hechicera que reina en las madrigueras, para que conste que habéis pasado el invierno en nuestros climas.

- Yo merecía el primer premio en vez del segundo, murmuró el caracol. Yo sé una cosa y es que lo que hacia correr á la liebre como si se la llevase el diablo, es su cobardía, porque en todo y en todas partes ve enemigos y peligros. Yo, al contrário, he escogí lo la carrera como objeto de mi vicia y he ganado una honrosa cicatriz; por consiguiente, si álguien era digno del primer premio, ese era yo. Pero yo no sé alabarme, lisonjear á los grandes, desprecio las adulaciones y me repugnan las bajezas. »

Y el buen caracol escupió en signo de desprecio.

« Oid, dijo el viejo peste que habia sido uno de los examinadores del certamen, los premios se han adjudicado con equidad y discernimiento; lo sostengo contra todos y á pesar de todo, á lo ménos en lo tocante