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EL ENFERMO.

- Puede ser, contestó Pedro; pero eso no quita que yo esperaba algo mejor de parte de nuestros amos. »

Juan, el enfermo, quedó muy complacido del regalo; era un muchacho muy despejado, y la lectura de las cosas mas sérias le deleitaba. Tenía unas manos muy hábiles ~. procuraba con ellas ser lo mas útil que su enfermedad le permitía; manejaba bien los moldes y hacía medias, chalecos de lana, y randas de punto de aguja, de las cuales compró una la señora del castillo porque la halló de muy buen gusto. Juan, era en una palabra, un operario tan hábil como laborioso.

La obra que le habian regalado era un libro que contenía muchos cuentos tan morales como instructivos.

« Ese libro para nada sirve en casa, volvió á decir el padre; pero será á lo ménos un pasatiempo para ese pobre Juan, que no puede estar manejando los moldes todo el dia. »

Pasó el invierno y llegó la primavera; empezaron á cubrirse de verdura los céspedes, los árboles de hojas, y la tierra de flores; pero al mismo tiempo aparecieron tambien las malas yerbas, y la grama y la ortiga pululaban por todas partes. Pedro y Cristina tenian mucho que hacer plantando y regando el jardin del castillo para tenerlo en buen estado.