Página:Los viages de Marco Polo veneciano - bdh0000046954.pdf/170

Esta página no ha sido corregida
— 172 —

una extensa planicie por donde había de pasar Caidu.

Dos dias descansaron unos y otros, y al amanecer del tercero empezó la batalla. Cada uno de los dos ejércitos sumaba 60.000 hombres, los cuales fueron dispuestos en seis divisiones de á 10.000 hombres. Dada la señal de combate por los grandes timbales de los respectivos caudillos, segun cos tumbre tártara, se acometieron los dos ejér citos. Horrible fué la carnicería. Caidu hizo prodigios de valor tales, que contuvo muchas veces la fuga de sus soldados; los candillos enemigos no se portaron ménos bien: la noche separó á los combatientes, rendidos de increible fatiga: ambas huestes se retiraron á sus tiendas á descansar.

A la mañana siguiente supo Caidu que llegaban numerosos refuerzos al ejército del gran Kan, y considerando toda tardanza peligrosa, levantó el campo sin ser hostigado por sus enemigos.

El gran Kan sintió mucho la conducta de su pariente, y dijo que, á no ser su sobrino, no se escaparía de morir, en castigo del da ño que le causaba. Así evitó Caidu los efec tos de la cólera del gran señor.