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Ovidio

atribulado, será el momento de moderar su dolor con persuasivas palabras. La medicina es el arte de aprovechar el tiempo: el vino que se receta a su debido tiempo es saludable, y dañoso si se pierde la oportunidad. Si no combates los defectos en la ocasión propicia, sólo conseguirás irritarlos y encenderlos mucho más. Apenas te sientas necesitado de los recursos de mi arte, escucha mis consejos, rehuye la ociosidad que favorece al amor, lo sustenta una vez nacido y es la causa y el alimento de mal tan delicioso. Si vences la ociosidad romperás el arco de Cupido, y blanco de tu desprecio, caerán por el suelo sus antorchas apagadas. Como el plátano ama las vides, el álamo las aguas y las cañas del pantano las tierras cenagosas, así Venus se complace en la ociosidad. ¿Quieres ahuyentar al amor? El amor odia al trabajo; ocupa las horas, y tu salud quedará asegurada. La indolencia y el sueño no interrumpido durante largas horas, el juego de los dados y el exceso en el beber que trastorna la cabeza, sin producir hondas llagas, quebrantan las energías del ánimo, que falto de prevención se rinde a las asechanzas amorosas. Cupido es el compañero de los holgazanes y odia a los que trabajan. Da a tu ociosidad cualquier ocupación que la entretenga; dedícate al foro, a las leyes o a defender a los amigos; frecuenta los sitios en que los candidatos se disputan las dignidades urbanas, o vuela a conquistar los laureles del sanguinario Marte, que tanto honran a la juventud, y la voluptuosidad te volverá pronto las espaldas. Ahí tienes al partho que pelea huyendo, nueva ocasión de magníficos triunfos, que