LOS árboles de la nuez moscada (myristica moschata) son hermosísimos, parecidos a nuestros alerces. Tienen veinticinco o treinta pies de alto y crecen espontáneamente en los bosques húmedos y calurosos de ciertas regiones intertropicales del Asia Oriental. Por los motivos que después diremos, sólo los hay en algunas de las islas Molucas, donde se los cultiva en grande escala, y en los bosques inmensos y salvajes de Nueva Guinea. Viven sesenta u ochenta años y no fructifican hasta los nueve.
No se crea que el árbol da las nueces tales como las pone en circulación el comercio. Su fruto es una especie de albérchigo grande, de corteza cenicienta, que, al madurar, se abre, dejando ver una pulpa carnosa y rojiza que envuelve a la nuez, la cual está revestida de una membrana delgada, pero recia. El árbol produce todo el año, viéndosele con flores y frutas al mismo tiempo; pero las nueces con que se trafica se recogen, ordinariamente, en los meses de Abril, Julio y Noviembre.
Se las seca tres días seguidos al sol para conservarlas, cubriéndolas de noche del rocío, que les es dañoso.