CXIX. Los Tracios que liaman Apsintios , habiendo co giáo á Eobazo que huia por la Tracia , le sacrificaron cun forme á su rito particular á Plistoro, su dios nacional, dando a los demas de la comitiva otro género de muerte : Arlaictes con los suyos , que no eran muchos , habiendo tardado algo más en salir de la plaza, fué alcanzado poco más allá de las corrientes de un rio que llaman de la Ca. bra[1], donde despues de un buen ralo de resistencia , en que algunos de sus compañeros murieron , fué con los otros hecho prisionero , y con él un hijo suyo, que fueron reducidos á prision en Sesto por los Griegos.
CXX. Sucedió entonces, segun refieren los vecinos del Quersoneso , un raro prodigio á uno de los que guardaban dichos prisioneros, pues al tiempo que sobre las asas estaba asando no sé qué pez salado , saltó éste de repente en el ſuego, y se puso á palvitar como suelen hacerlo los peces recien sacados del agua . Las demas guardias que cérca de él estaban , se quedaron admiradas al verlo; pero Artaictes apénas reparó en el prodigio , encarándose con el soldado que asaba aquellos peces, le habló en estos tér minos: — « Nada tienes que extrañar, amigo Aleniense , ese portento , que por cierto no liabla contigo ; « con él quiere significarme el dios de Eleunte Protesilao, que áun des pucs de muerto y disecado tiene virtud y poder conferido por los dioses para vengarse de quien le agraviare . Con lieso que le tengo ofendido ; pero pronto estoy para la en mienda :me ofrezco á pagar á estú buen dios cien talentos en recompensa de las riquezas que le quité , y prometo á los Atenienses por el rescale mio y el de mihijo doscien losmás si nos ponen en libertad. Así habló Artaictes, pero con tantas promesas no pudo aplacar al general Jantipo,
- ↑ Llámase en griego este rio Egos Potamos, célebre despues en la guerra del Peloponesú por la batalla de los Atenienses con tra los Lacedemonios.