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gando con la ticnda y con todos los muebles.y alhajas con que se iban , sin dejar cosa queno llevasen consigo.

CXX. De aquí nació aquel dicho que a este propósito dijo agudamente Megacreonte , natural de Abdera , quien aconsejó á sus Abderitas que todos, hombres y mujeres , se fueran á los templos en procesion , y allí postrados á los piés de sus dioses les suplicasen por una parte con mucho ardor tuviesen á bien librarles de la otra mitad de lus ma les que con la vuelta de Jerges les amenazaban , y por otra les dieran gracias muy de véras por lo pasado de que el rey Jerges no acostuinbrase comer dos veces al dia , porque preciso les fuera á los Abderitas, si se les orde nase darle una comida semejante á la cena , ó en caso de esperarlo , caer en una quiebra la mayor del mundo.

CXXI. Así que las ciudades, por más gravadas que que dasen, ejecutaban del mismo modo lo que se les orde. naba. Alli Jerges, despues de dar órden a los almirantes que le esperaşen con su armada en Terma, ciudad situada en el seno Termeo , que de ella toma su nombre[1], licen ciblos á fin de que partieran solos con sus galeras . Elmo tivo que le movió á que alli le esperasen , fue por ser el más corto el camino que iba a tomar léjos de las costas . Desde Dorisco hasia Acanto habia marchado el ejército en el orden siguiente . Habiendo Jerges dividido sus tropas en tres cuerpos, ordenó que marchase uno por la playa , siguiendo la armada naval y lievando a su frente a los ge nerales Mardonio y Masistes; que el otro cuerpo , orde nado lambien y conducido por los jefes Tritantccmes y Ger gis , hiciese su camino marchando lierra adentro ; y que el tercero, en el cual iba el mismo Jergos, pasase por el ca mino de en medio , guiado por los caudillos Smerdomenes y Megabizo.

CXXII. La armada naval, separada ya de Jerges, navego


  1. Al presente la famosa Saloniqui, ántes Tesalónica.