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cuatro elementos orgánicos que constituyen la base de la materia protéica. No deben ser, sin embargo, ni el hidrógeno ni e oxígeno, que existen en cantidades inmeusas formando parte del mundo inorgánico. No debe ser tampoco el carbono, que es igualmente abundante y que en forma de ácido (anhidrido) carbónico, sale de las entrañas de la Tierra en cantidades extraordinarias. El nitrógeno no se encuentra en el mismo caso: todo el que existe en nuestro Globo se encuentra libre en la atmósfera, o en combinación en los organismos o en los cuerpos de origen orgánico. El nitrógeno no forma parte del inundo mineral. Luego, la cantidad de materia orgánica (proteiforme) existente, está determinada por la cantidad de nitrógeno disponible que existe en nuestro Globo; y esta cantidad no puede sufrir aumento o diminución sin producir un desequilibrio en el estado dinámico de nuestro Globo. El nitrógeno, en razón de sus propiedades, es también el verdadero agente del intercambio molecular, sin el cual no existiría la vida.

La generación espontánea no existe ahora. Pero como los organismos se han constituído a expensas de los inorganismos, es claro, sin embargo, que la vida y los orgauismos tuvieron un principio; y en ese principio sólo pudieron constituírse por generación (sería más razonable y cierto decir: evolución) espontánea.

Pero si la evolución espontánea de la materia inorgánica en materia orgánica se realizó una vez, ¿por qué no so efectúa todos los días?

Toda la matería, o hablando quizá con más propiedad:

la cantidad máxima de materia susceptible de ser organizada, de vivir, de materia protéica, en una palabra, está actualmente en combinación; y ello es evidente, puesto que su cantidad máxima está determinada por la cantidad de nitrógeno susceptible de entrar on combinación. Tan pronto como un sér deja de vivir, se descompone; y la materia protéica o el elemento por excelencia que lo forma: el nítrógeno, es inmediatamente atraído por los otros seres orgánicos que se lo asimilan, substrayéndolo así a