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LOS CUATRO INFINITOS

que también existe, aún cuando su existencia no sea, como en el caso precedente, material, porque, por el contrario, él es el emblema de lo inmaterial y podría definirse como lo que no es, aun cuando su existencia es una realidad innegable, evidente y demostrable.

No me resulta posible imaginar la existencia de algo, fuera de esas dos nociones que todo lo dominan: espacio y materia.

Ahora bien si Dios existe, o él es material o él es inmaterial; o es espacio o es materia.

Si Dios es material, es materia y forma parte de ésta: es palpable y tangible y, por lo tanto, tiene que estar en alguna parte, pero sólo en una parte limitada del espacio, sea ella tan grande como se quiera, pero siempre una parte del espacio, puesto que el lugar que ocupa una cosa material, así sea tan infinitamente pequeña como se quiera o como se pueda concebirla, no puede ser genpada por otra. Y. por cierto, ese no podría ser el Dios que se nos enseña.

Sí, por el contrario, Dios es inmaterial, puede no ocupar espacio pero en tal caso, su existencia no es posible, porque no hay ninguna otra cosa inmaterial que no sea el espacio. Todo cuanto existe, que es todo lo material, ocupa espacio. Luego: si Dios no es material, no puede ocupar espacio; y, por consiguiente, si no, ocupa espacio, no existe.

Pero, ¿puede haber en sí mismo algo más absurdo que un sér que no sea material, que no es sér, que no existe, en una palabra, puesto que no es materia?

En cualquier forma que se aborde el estudio y la solución del problema, se llega a la misma conclusión. La nada no existe en el Universo, porque el espacio mismo es algo. Ni existe el vacío tampoco, porque el espacio contiene en todas partes materia en estado de densidad más o menos ponderable.

Pero aún admitiendo que la existencia del vacío fuese posible, éste sería espacio sin ocupar, espacio sin materia o espacio vacío, como quiera llamársele, pero no se