que he visto y experimentado desde hace tres siglos. Me interesa y seduce. Dentro de poco debe venir á verme. Ocúltate abajo, en aquella mala de lirio; mientras sueña, bien hallaré medio de arrancarle una pluma de su ala; no habrá habido nunca poeta que haya poseido una semejante. »
Y con efecto, el brillante Fantasio llegó, la buena driada le quitó una pluma de sus alas y me la dió.
La mojé para que fuese ménos áspera, y con no poca dificultad acabé por tragármela. Poseía entónces inteligencia é imaginacion; me faltaba el sentimiento.
Regresé á la biblioteca; sabía que contenia muchas de esas novelas destinadas á hacer llorar á los humanos, y que hacen el oficio de esponjas para abosorber el sentimiento.
Recordé que era fácil reconocerlas por el aspecto