M
LOS LUSIADAS.
envió
que ocnltaba sus
pérfido infiel
el piloto ofrecido ,
niestras intenciones para conducirlos á la
si-
muerte antes que
á los puertos de la India.
El Capitán, ganoso ya de proseguir su derrotero, por
nar vientos favorables para gión, recibió cordialmente
colmándole de agasajos
mente
De
mensaje,
al
esta suerte
y continuó su la fiel
en busca de
ir
al
rei-
deseada re-
piloto enviado por el
y después de
mandó
la
Moro,
contestar atenta-
largar todas las velas al viento.
abandonó aquel puerto
la fuerte
armada,
viaje cortando las ondas de Anfitrite (1)
en
grata compañía de las bijas de Nereo. El Capitán,
y
que no podía sospecbar el fraudulento ardid del piloto mabometano, empezó á pedirle minuciosos informes acerca de la
y de
India
Mas
las costas por
el guia,
donde pasaban.
instruido en las supercberías que el malé-
volo Baco le habia enseñado,
gantes nuevos daños ó
garan á
le
á los nave-
vez la muerte antes de que lle-
la India, le dio tales datos
y cuanto Vasco rídicos,
tal
y que preparaba
con respecto á sus puertos
preguntaba, que este teniéndolos por ve-
no abrigaba ningún temor ni recelo.
El piloto
le indicó también, con una falacia semejante á que debió emplear Sinon para engañar á los Frigios (2), que cerca de allí existia una isla, babitada desde muy an-
la
tiguo por
un pueblo
cuanto aquel le ofreció
cristiano.
El Capitán, atento á todo
le decia, alegróse tanto
grandes dádivas
si
le
con esta noticia, que
conducía á
la tierra
donde
moraba dicha gente.
(1)
Diosa del mar.
(2)
Sinon fué un griego famoso por su
artificios
que
los
madera, merced
perfldic^, el cual
consiguió por raeJio de sus
troyanos dejaran entrar en su ciudad sitiada al cual
lograron los griegos penetrar en
ella.
al
famoso caballo de