LOS LUSIADAS.
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escudos y azagayas saetas los otros,
unos,
(1) los
para impedir que
yeran del agua que tanta
y con
les
falta
y aguzadas
arcos
navegantes se prove-
los
hacia
mayor
la
parte
de los infieles esperaban con afán su desembarco, emboscados á corta distancia; dispusieron
y
para facilitar
que unos cuantos
más su empresa,
colocasen á la vista á
se
guisa de añagaza. Estos últimos circulaban por la arenosa ribera agitando
blandiendo sus peligrosas lanzas y provocando valientes portugueses al combate. Mas como aquellos
las adargas,
á los
hombres esforzados y generosos no podian mejantes canes
les
anduvieran enseñando
tolerar
que se-
los dientes, sal-
taron todos tan velozmente á tierra, que ninguno pudo decir
quién fué
el
primero.
amante que, en el sangriento circo y en presencia de su hermosa dama, busca al toro poniéndosele Cual
feliz
delante, el fiero
los
y
salta, corre, silba,
acciona
y acomete, mientras
animal, con la frente cornifera inclinada, cerrados
ojos
y bramando,
y mata
corre, derriba, hiere
todo
cuanto se opone á su paso; Asi también desde los esquifes empezó á lanzar fuego la furiosa artillería;
cañón envia
el
panta, retumba herido el aire
El corazón de
los
moros
sangre en sus venas los
que á
No
la vista se
se satisface
y
la
muerte,
de pavor, helándose
los
con esto
i)e(¡U(jrio
la
que estaban escondidos huyen, y mantenían quedan destrozados.
estrago por do quiera,
Lau^a ó dardo
ruido es-
aterra la confusa gritería.
se llena
la
gente portuguesa, sino que
prosiguiendo su victoriosa arremetida, lleva
(1)
el
la
muerte y
y bombardea, incendia y
arrujadizo.
el
arrasa