CANTO
hojas de palma
hábilmente tejidas
color de sqs tripu-
el
mismo que comunicara Faetón
lantes, el la tierra
,
13
I.
á las regiones de
que abrasó, cuando, llevado de su imprudente
día, causó tal sentimiento
Lampe tusa, como
á
osa-
sabe
lo
el
pó(i).
Iban vestidos de telas de algodón blancas ó listadas de variados colores
unos
las
llevaban ceñidas
cuerpo, otros suspendidas del
hombro con
rededor del
al
cierto donaire:
todos iban desnudos desde la cintura arriba
consistían en adargas
y
sus armas
una
alfanjes, cubria su cabeza
es-
pecie de toca, y navegaban haciendo resonar sonoros añafiles.
Con manos y
lienzos
empezaron á hacer señas de que
detuviesen á los lusitanos; pero ya los buques bordo, maniobraban para amainar junto á las
,
islas
pulación entera trabajaba con tanto ardor como
verga
alta,
y echan por
fin el ancla,
que
la tri-
es-
allí
si
tuviese el término de sus trabajos; rizan las velas, la
se
virando de
amainan on-
al herir las
das hizo saltar nubes de blanca espuma.
No bien hablan fondeado cuando ,
los
extraños insulares
subian ya por las cuerdas con alegre semblante; los acogió
con sumo agrado
,
Capitán
y en seguida mandó que
Faetón, hijo do Glimene y del Sol, estaba
(l)
el
un
día jugando con cierto
se
muchacho
llamado Epafo, cuando, á consecuencia de una querella que entre ambos se suscitó,
segundo dijo
al
primero que no era hijo del
Sol, sino
ñaba con semejante patraña. Resentido Faetón, dicho,
y
ella le
encaminó á
de dirigir durante un dia
la
el
de una aventurera que
refirió á
morada de su padre
el Sol,
carro con que iluminaba al
ñera fuese reconocido como hijo suyo. Tan mal dirigió llos^
que habria abrasado
el
mundo
su madre lo que del
le
el
enga-
hablan
cual alcanza el permiso
mundo el
le
para que de esta ma^
inexperto Faetón los caba-
entero si Júpiter no le hubiera derribado en
el
Pó,
hiriéndole con uno de sus rayos. Con todo, ardieron algunos países, y por esto dice el
poeta que los moradores de Etiopia quedaron negros.
hermanas de Faetón, lloraron movidos á compasión,
— Lampetusa, Lampecia y Faelusa,
tanto el fin de su desgraciado
las convirtieron
en
carboles.
hermano, que
los
dioses,